Los ocho pasos de Patañjali

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Según Patañjali existen ocho pasos que un practicante debe tomar para adquirir  disciplina  y poder alcanzar en vida o en muerte la Gran Verdad y la unión con el Todo. Sirven también de guía para vivir una vida con sentido y propósito. Esto lo explica en Los Yoga Sütras de Patañjali en el capítulo segundo, el Sadhana Pada y principios del capítulo tercero, el Vibhuti Pada.

Los Yamas y Niyamas son los dos primeros pasos. Son considerados como prerrequisitos esenciales para el progreso verdadero y profundo en el camino espiritual del yoga. Conforman la guía ética del yoga, son preceptos éticos para aquel que quiere practicar seriamente el yoga. Todo practicante debe seguir los cinco yamas. Los cinco niyamas son opcionales, dependiendo del entusiasmo y aspiraciones del practicante. Aparte de que son 10, no son mandamientos como en la religión cristiana. No es que si no los sigues estás en pecado. Puedes practicar técnicas del yoga y mentir, pero si realmente quieres crecer en el  yoga, hay preceptos que se deben seguir, como no ser violento, no robar, decir la verdad, tener control sexual y no ser apegado ni a las cosas materiales, ni a las ideas, ni a pensamientos.

1. Yamas

Restricciones sociales que todo practicante debe seguir que nos permiten vivir en armonía en la sociedad y con nosotros mismos.

  1. Ahimsa (ajimsa) – No violencia.
    No hacer daño por acciones, inercia, palabras o pensamientos a otro ser vivo, incluyéndose uno mismo.
    Hiṃsā significa lesión, herida, daño y violencia en sánscrito.
    A-himsa significa lo contrario, no hacer daño, cero violencia.
    No se puede realmente practicar ninguna yama a menos que se practique ahimsa, pues en la mentira, en el robo, en el descontrol sexual y en los grandes apegos se hace daño a otras personas o a sí mismo.
    Ghandi es un ejemplo de un practicante de ahimsa.
  2. Satyam (satiam) – Veracidad. No mentir. Ser honesto.
    Decir la verdad. Verdad en el pensamiento, en la palabra y en la comunicación.
    Verdad que conscientemente no cause daño. Honestidad con los demás y consigo mismo.
  3. Asteya – (asteia) No robar
    Steya significa robar y a significa no en sánscrito.
    No robar no tan solo cosas materiales e intelectuales, sino lo intangible, como quitarle la tranquilidad a alguien, al gritarle, o el tiempo, porque no eres puntual. También es no robarle el derecho de cada quien de tener acceso a la salud, a la educación; no robarle a nadie su honor o su dignidad.
  4. Aparigraha (aparigraja) – Practicar el desapego. Graha significa agarrar o tomar, pari significa desde todos los lados y a significa no. Así que aparigraha es no tomar, aceptar o acumular más de lo necesario, no ser posesivo,
    ni codiciar los bienes ajenos. Aparigraha es aprender a dejar ir; a dejar nuestro apego a las cosas, personas y pensamientos. Esto no significa que regalemos el auto, o la computadora, o que no tengamos posesiones que nos traen placer, como un aire acondicionado en el cuarto. Practicar aparigraha no causa infelicidad. Por el contrario la persona vive feliz con las posesiones que le son necesarias. Mientras menos cosas, menos preocupación de que falten o dañen.
  5. Brahmacharya (brajmacharia) – Moderación sexual
    Responsabilidad sexual. El espíritu de este precepto es la conservación de la energía. Hay una determinada energía en los cuerpos, lo que en tantra se conoce como “ojas”, pronunciado ollas. Hay que evitar los excesos sexuales, que son la forma más rápida de agotar las fuerzas vitales. No se niega la sexualidad, pero tampoco uno puede ser gobernado por la misma. El yoga permite liberarse del apego a la sexualidad sin negar sus virtudes. Es la creencia en tantra que el hombre pierde muchas ojas innecesariamente en la eyaculación, y la mujer durante la menstruación. Hay métodos en tantra para controlar y sublimar esos flujos, y los ojas que llevan dentro. Se dice que cuando esa energía se acaba, uno muere.

2. Niyamas

Observancias y limpiezas individuales.

  1. Shauca – Purificación
    Pureza o limpieza de nuestro cuerpo, tanto externa como interna, tanto corporal como mental, tanto nuestro cuerpo como todo lo que nos rodea. Nuestro entorno refleja e influye en nuestro interior. Hay que buscar la limpieza y el orden en todo lo que nos rodea. Hay también que comer saludable, tratar a nuestro cuerpo con amor y mantenerlo sano y vigoroso. Pero más importante que la limpieza física del cuerpo es la higiene mental, la purificación de la mente de emociones perturbadoras como el odio, la ira, la venganza y la codicia.
  2. Santosa (santosha) – Contentamiento
    Aceptación y satisfacción con la situación que tienes en esta vida. Estar feliz de estar vivo. Ser conforme, humilde, lo cual no implica conformismo, sino una actitud que hace que se vea la realidad tal cual es, cambiando lo que se puede mediante acciones correctas y aceptando lo que no podemos cambiar. No ser materialista, no buscar la felicidad a través de objetos materiales. Es un estado de calma interior, independiente de las circunstancias de la vida, intuyendo que todas tienen un sentido, se sientan positivas o negativas.
    En II.42, Patañjali afirma que “del contentamiento surge una alegría insuperable.”
  3. Tapas – Autodisciplina, fuerza de voluntad, austeridad
    Disciplina, ardor en las propias aspiraciones, fuego que quema todas las impurezas. Por ejemplo el practicante puede tomar una tapa de meditar cada mañana por 30 minutos, hacer cierta asana por 20 minutos diariamente por un mes, o practicar el silencio por una semana. Toda práctica de autodisciplina produce en el practicante alguna forma de purificación, en el plano físico, mental y emocional.
    Asevera Patañjali en II.43 que “a través de la destrucción de las impurezas y la práctica de austeridades se consigue la perfección del cuerpo y sus órganos.”.
  4. Svādhyāya (svadiaia) – Auto-estudio. Auto-educación espiritual.
    Auto investigación metafísica. Dedicar cierto tiempo cada día para reflexionar. Estudiarse internamente y estudiar textos inspiradores y sagrados. Buscar el máximo acercamiento a la comprensión de la realidad utilizando la reflexión y el estudio.
    En el II.44, Patañjali afirma que “a través del estudio en sí mismo se establece comunicación con la divinidad elegida”
  5. Īshvarapranidhāna – La entrega del yo a Dios.
    Desprendimiento del ego. El reconocimiento de que hay un principio superior en el universo que el propio pequeño yo, que está guiando el curso de nuestras vidas. Ofrecer nuestras acciones al Universo sin esperar nada a cambio. Adoración de Īshvara (el Señor, Dios) con una actitud de entrega, de abandono, con el fin de sincronizar con Dios y con su voluntad.
    Manifiesta Patañjali en II.45 que “de la devoción a Dios se consigue la perfección en Samadhi”.

3. Asana

Posturas que fortalecen el cuerpo, vigorizan la mente, balancean las emociones y eliminan dolencias y perturbaciones.
Ver Asanas.

4. Pranayama

Control de la energía vital usando la respiración.

Ver Pranayama.

5. Pratyahara

Retracción de los sentidos. Abstracción.

Pratyahara es el esfuerzo deliberado para traer nuestra conciencia fuera del mundo exterior y los estímulos externos. Los sentidos dejan de tener contacto con los objetos, por lo que dejar de sentir, oír, oler, gustar y ver, dirigiendo nuestra atención internamente.

Gran parte de nuestro desequilibrio emocional es nuestra propia creación. Cuando estamos influenciados por los acontecimientos y sensaciones exteriores, la paz interior y tranquilidad que buscamos nos elude. La práctica de pratyahara nos brinda la oportunidad de dar un paso atrás y echarnos un vistazo a nosotros mismos, observando objetivamente acciones, deseos, hábitos y actitudes que son perjudiciales para nuestra salud y crecimiento interior.

La relación de la mente y los sentidos es comparada a las abejas que siguen a la abeja reina. Cuando la reina se mueve, las abejas la siguen. Cuando la reina descansa, las abejas descansan. Igualmente cuando la mente descansa, los sentidos también abandonan sus actividades. Esto es Pratyahara.

La tortuga es un animal que representa Pratyahara. Visualiza la tortuga retrayendo su cabeza, cola y las cuatro extremidades en el interior de su caparazón de la misma manera como retraes tus sentidos y enfocas tu atención en el interior. Esto es Pratyahara.

La práctica de pratyahara crea el ambiente para dharana o concentración. Habiendo eliminado las distracciones externas, estamos preparados para hacer frente a las distracciones de la mente.

6. Dharana

Concentración.
“Fijación en un punto región particular por un tiempo largo es concentración”, sostiene Patañjali en III.1. Concentración es tener la mente en un punto, manteniendo esa conciencia y penetración de la mente sin fluctuaciones. Este objeto, punto o impresión puede estar dentro o fuera de nuestro cuerpo. Sólo hay conciencia de esa impresión. Por ejemplo, si concentro mi mente en mi respiración, mi mente está cautivada por esa respiración, y no existe nada más en ese momento.

Una mente concentrada es una mente poderosa y una mente disipada es débil. Tomemos una analogía de una bombilla y la mente. Los rayos de la bombilla van en todas las direcciones, la energía esparcida. Cuando estás a diez pies de distancia de la bombilla, puedes ver la luz, pero no puedes sentir el calor, a pesar de que existe un gran calor en el centro de la bombilla, en el filamento. De la misma manera, la mente tiene grandes poderes potencialmente, pero está tan disipada en todas las direcciones con tantos pensamientos incontrolados que no hace uso de todo su poder. Mira ahora cómo funciona un láser. Todos los rayos de la luz van en una dirección y al unísono entre sí. La fuente original de la luz del láser puede ser la misma que la de la bombilla, pero si estás parada a diez pies de distancia de una fuente de rayos láser, el rayo podría quemarte un agujero en tu cuerpo. Esta es la diferencia entre la luz que se disipa y luz concentrada. De igual manera, un pensamiento concentrado, una mente concentrada tiene grandes poderes.

Hasta Pratyahara la conciencia individual no está presente. En Dharana hay un despertar interior. La perfección de la concentración lleva a la siguiente etapa, meditación.

7. Dhyana

Meditación.

Después de conseguir concentrase por un tiempo en un punto, el punto mismo desaparece y el practicante consigue una mayor abstracción, una desconexión total de los sentidos y de los pensamientos. Por lo tanto, la meditación o la contemplación es el flujo ininterrumpido de concentración. Donde dharana practica la atención en un solo punto, dhyana es un estado de intensa conciencia sin enfoque. En esta etapa, la mente se ha tranquilizado, y en la quietud se produce pocos o ningún pensamiento.

Swami Hariharananda Aranya comenta: “En Dharana el flujo de modificaciones mentales similares en el mismo objeto es confinado al lugar deseado. Pero el proceso de pensamiento en el mismo objeto es intermitente y en sucesión. Cuando por la práctica este proceso se transforma en uno continuo, cuando ya no hay interrupción en el flujo, esto es Dhyana (meditación)… Es un estado particular de serenidad de la mente… Si el flujo de conocimiento en Dharana (concentración) se puede comparar a la sucesión de gotas de agua similares, en Dhyana (meditación) el flujo de conocimiento es continuo, como el flujo del aceite o miel. Esa es la implicación de la palabra ‘continua’. Cuando el conocimiento es continuo, aparece como si una sola idea estuviera presente en la mente.” Aranya, S. (2000). Libro III. En Yoga Philosophy of Patañjali With Bhasvati (4. enl. ed., p. 251). Calcuta: Universidad de Calcuta. Así, la mente observa su propio comportamiento. La meditación debe ser duradera y estar bajo nuestro control. Puede hacerse en diferentes poses designadas para meditar, pero también puede alcanzarse practicando una asana.

8. Samadhi

Absorción / Iluminación / Éxtasis

En III.3 Patañjali explica que “cuando el objeto de la meditación envuelve al meditador y se convierte en sujeto, la conciencia propia se pierde. Esto es Samadhi.” En Samadhi la percepción de los procesos de la mente desaparece y hay una total absorción, donde el “yo” se desvanece. Todo se revela en Samadhi. El meditador se da cuenta de una profunda conexión con lo Divino, una interconexión con todos los seres vivos. Con esta realización viene la experiencia de la paz, de la felicidad, y ser uno con el Universo. Este es el estado más elevado donde el individuo se funde en el Todo. Ya no existe la dualidad de observador y observado, no hay separación, no hay tiempo ni espacio; se es uno y todo a la vez.

Si se analiza Samadhi mientras una lo está experimentando, se pierde. Samadhi es una experiencia indescriptible que no puede explicarse intelectualmente. Un músico que se pierde en su música, desprovisto de su ego, divisa a Samadhi. Una practicante que se pierde en su meditación, desprovista de sí misma, experimenta Samadhi, la meta de todo yogui y yoguini.

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